Edición: Huelva, Servicio de Publicaciones de la Diputación Provincial de Huelva, 2010.
Prólogo de Pedro A. Cantero, antropólogo de la Universidad Pablo de Olavide.
Fotografías de Javier Andrada y de los cuatro autores del libro.
Incluye transcripciones musicales, abundantes fotografías y DVD realizado por el antropólogo Aniceto Delgado.
Libro presentado en mayo de 2011 en Huelva, en la Feria del Libro de Puebla de Guzmán y en el Centro de Interpretación de la Danza de Villablanca.
Resumen. Texto tomado del Prólogo de Pedro Cantero (p.8) y del capítulo Danza y tamboril:
"En nuestro mundo hemos terminado con la danza como fenómeno comunitario, fuera de lo sagrado y restringida a recintos aborregados, parece ser que solo está reservada a una edad esa mutación y ese trance. Estoy convencido de que la danza manifiesta el talante de cada sociedad, la capacidad de nombrarse en la gaya ciencia [...] en nuestra provincia hay aún no pocos pueblos que supieron preservar, incluso a modo de reliquias, esa forma de expresión y de conocimiento. [...] Formas peculiares que representan un patrimonio de valor social inestimable y de las que sería bueno concienciarnos pues no son meras reminiscencias sino brotes de un viejo árbol que año tras año pretende permanecer y dar cobijo a quienes lo habita." Del viejo acervo, en el Andévalo y la Sierra de Huelva permanecen vivas algunas danzas varoniles, "si por vivo se entiende que guarden sentido y cumplan una función relevante". El valor de este libro es el de recoger y hacernos rememorar estas "viejas danzas que perviven en diferentes pueblos de Huelva como gemas que se despiertan año tras año en determinadas fiestas", danzas rituales, "formas que dejan entrever un modo de sentir religioso".
Danzas de espadas y otras de similar tipología (palos, arcos, etc.) en las que gaita y tamboril, flauta y tambor "permanecen como sus instrumentos por excelencia, acompañados en algunas de ellas por los palillos o castañuelas que llevan los danzaores", mientras que en otras los propios movimientos de los danzantes "que llevan cosidos o sujetos cascabeles, enriquecen con su tintineo y sus obstinatos rítmicos la música de la danza."